Borges y Bioy en la pantalla de agua

 

Se habían quedado movilizados por la charla y no se podían dormir, Argonauta sugirió que probaran la pantalla de agua que le había regalado Morel. Se apresuró a ponerla y todos estaban expectantes a ver qué aparecía. Y, ahí estaban, los dos escritores continuando sus largas charlas, ahora que tenían todo el tiempo.

El que abrió la conversación fue Borges:  – Mi querido Bioy cuántos años de llevamos de entrañable y profunda amistad bajo el espejo de la luna.

Bioy: Recuerdo que nos conocimos en casa de Victoria Ocampo, Victoria era muy mandona, estaba de visita un escritor francés y nos reprendió ¡quieren dejar de hablar entre ustedes y atender al señor fulano de tal !

Borges: Yo me sentí ofuscado y me tropecé con una lámpara tirándola al suelo ya para entonces tenía problemas con mi vista.

Bioy: Este incidente nos hizo sentir una cierta complicidad.

Borges: Nos unió la literatura, nunca pensamos en la gloria o la fama.

Bioy: Borges usted para mí fue la literatura viviente.

Borges: Y yo siempre sentí que usted compartía una actitud ante las letras que para mí era lo principal en la vida. De las letras surgió el universo. Sabe de mi fervor por la Cábala. Para los dos lo más importante era comprender.

Bioy: Usted fue la primer persona que conocí para quién nada era más importante que la literatura. Usted siempre me hizo sentir que yo era su par.

Borges: ESCRIBÍAMOS HABITUALMENTE POR LAS NOCHES, conversábamos libremente sobre la idea que teníamos sobre un tema hasta que se iba formando un proyecto común.

Bioy : El más apurado que nos pusiéramos a trabajar era siempre usted Borges, ¡le encantaba trabajar!; era muchísimo menos perezoso que yo, porque yo algunas veces tenía pereza para comenzar, luego lo hacía contentísimo. Además trabajábamos riéndonos a carcajadas.

Ese comentario los hizo reír y despertaron la risa de los espectadores que ya para entonces eran muchísimos los que se habían detenido a ver la nueva pantalla, dónde todo se veía tan real, ¡estaban allí, podían tocarlos!, al rozar los trajes de los escritores se formaban círculos que se expandían en el agua

ANTE LA MIRADA CONTEMPLATIVA DEL MAR SIGUIERON CONVERSANDO Y PASEARON A SUS ESPECTADORES POR SABIDURÍAS REMOTAS Y DISTANTES DE DIFERENTES LUGARES Y ÉPOCAS DEL PLANETA TIERRA. SEGUÍAN TRABAJANDO ETERNAMENTE EN SU ANTOLOGÍA DE LA LITERATURA FANTÁSTICA JUNTO A SILVINA QUE LOS ESPERABA EN OTRA HABITACIÓN LEYENDO.

Salto 7 de «Rayuela de Cefalópodos» del cuento » Julia y el Argonauta de Papel  

 

 

 

 

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